No hay duda de que el entorno afecta a nuestro modo de vida: energía, ánimo, actitud frente a las cosas, productividad en el trabajo. Por eso a la hora de crear un espacio no has de procurar simplemente que sea bonito e impresionante, tiene que ser un lugar que te haga sentir bien, cómodo, un lugar que invite a estar en él.
Un decorador y diseñador de interiores puede hacer que todo eso ocurra, creando espacios que mejoren la calidad de vida de las personas e influir sobre ellas positivamente de muchas formas.
A diario escuchamos a nuestros clientes cómo ha cambiado su forma de vida, cómo ha aumentado su bienestar y relajación en su nuevo espacio.
Creando ambientes relajantes para que las personas disfruten de paz en ellos, tanto en casa, como en el trabajo. Ello se consigue teniendo en cuenta factores que van desde la paleta de color, como con una acertada distribución del mobiliario.
Organizando y creando espacios funcionales. Tener un hogar organizado, donde haya lugar para todo, donde no haya nada al azar, además de hacerlo práctico, cómodo y acogedor, reduce considerablemente el estrés. Por eso es tan importante escuchar las necesidades e inquietudes del cliente. Además tu hogar debe ser totalmente funcional y adaptarse a tu forma de vida. Para ello hay que comprender el espacio. Puede que tengas una habitación que nunca utilizas y la podamos convertir en un despacho o una acogedora sala de estar. Por eso no basta con que un diseño sea bonito, debe adaptarse a ti.
También debe ser un espacio para todos, donde puedan estar en armonía cada una de las personas que conviven, como con espacios individuales y pensados para cada uno de ellos. Una sala de juegos, un rincón de lectura, un espacio para tu mascota…
En definitiva, el diseño interior no ha de estar guiado únicamente por criterios estéticos que te permitan presumir ante los demás, que también J Debe adaptarse a las necesidades de cada persona, para hacer su vida un poco mejor.